SANGRE ETERNA FAN FICC

Sangre Eterna

Capitulo 1

PERSONAJES

Bill Kaulitz

Tom Trumper

Era difícil ver aquel letrero de bienvenida a una nueva ciudad pasar por mis ojos, de ver como había abandonado mi hogar para llegar hasta ahí. Ahora esa sensación de frio corría mi piel y no exactamente por el clima del lugar sino ese miedo que no podía ignorar. Nunca pensé llegar hasta este punto, era tan deprimente huir por esos recuerdos que no me dejaban vivir. Inevitable pero no matador. -Pasajero de Berlín, sean bienvenidos a la ciudad de Hamburgo esperemos tengan un buen día. – Una corriente eléctrica corrió mi columna vertebral cuando mi trasporte paró en la terminal de Hamburgo, aquella gran ciudad frente a frente. Baje mi maleta del compartimiento de arriba de los asientos y me decidí a bajar a paso lento y seguro.
Era enorme aquella terminar y lo que me esperaba en sus afueras, seguro me perdería de no ser de mi tía Simone que estaría ahí esperando a por mí.
-¿Isabela? ¿Eres tú mi pequeña Isabela? – Escuche esa voz femenina detrás de mi caminar y me detuve girando lentamente mientras mis labios formaron una débil sonrisa al paso de los segundos. - ¡Isabela! – Grito con emoción y rápidamente me estrujo en sus brazos como si hubieran pasado tanto tiempo sin vernos…bueno eso era cierto, ochos años con cinco meses.
-Oh como has cambiado, mírate eres enorme, tan guapa como… tu madre. – Sonreí y ella solo ascendió con emoción en su mirada.
-Le he extrañado tía, y no sabe la emoción que me da poder estar con usted nuevamente. –Dije sin engaños, era cierto ella aunque no era mi tía política se había ganado ese respeto, ese amor que tanto le tenía, y por eso mismo me daba vergüenza verle. No podía imaginarle esperar tras el teléfono esperando una llamada mía después de uno o dos meses después de á verle visto por última vez, y bueno ese mes se volvió un año y ese año en muchos. ¡Pero que había hecho! Pobre mujer.- Y aun le agradezco que me acepte en su casa.
-Mira, primero tutéame que si no es así me haces sentir más vieja de lo que soy –Río en broma y acaricio mi mejilla. - Además, lo hago por que quiero que estés aquí y a tus padres les hubiera gustado así, tú nos necesitas, estabas sola en Berlín pero ahora que estas aquí no te apartaras de nosotros por nada. Eres mi familia y siempre será así ¿entendido? – Sonreí y le volví a abrazar, sus palabras eran ciertas… dolorosas pero ciertas, estaba sola.
-¿Mocosa eres tú? Pero mira que crecidita estas. – Escuche esa voz penetrar mis tímpanos la misma que tenía voz grave, no le reconocí. No se porque ese hecho me sorprendió lo suficiente y de repente solo me quede estática, esperando ver aquel productor de aquella voz erizaste. Ropa enormemente ancha, tan ancha que tarde o temprano aquellos pantalones se caerían con facilidad. Rastas, y ahí pude conocerle sonreí y continúe viéndole, Piercing en el labio, ojos marrones, tes blanca y sus delineados perfectos…tales como le recordaba.
-¡Tom! – Grite y el salto de susto llevándose una mano al pecho, corrí y le abrase fuertemente, podía sentir la fuerza de sus brazos enrollar mi cuerpo. Claro el era mas fuerte que yo y su fuerza había crecido al paso de los años. Se miraba bien.
-Mocosa, a este paso me sacaras el aire. –Me susurro en mi oído y me aparte mirándole fijamente. -Eh, yo también te e extrañado. – y me ruborice como una tonta chica enamorada -algo que no era- sonreí.
-Claro que te he extrañado –No mentí, era cierto. - Como olvidar esa facha de rapero a medias. – él se miro y me observo mientras se mordía el labio.
-Oh, si algo que por cierto te encantaba.
-Claro que no, veo que aun sigues siento el mismo tonto que deje hace ocho largos años. – valla, me había dado cuenta que también me olvide de él… ¿Cómo fue posible eso?
-Cariño, toma las maletas no seas mal educado. –dijo mi tía tomándome del brazo mientras empezábamos a andar a la salida principal. - ¿Estaba lista? – Hum… algo que no podría contestar en esos instantes. Se trataba de algo difícil de asimilar con calma, era una nueva vida, nueva casa, sería una nueva universidad, una nueva familia, una nueva sensación… y quizá nuevos amigos.
-Emmh, pues tratare que sí. – escuche con más precisión el sonido de los automóviles en las afueras del edificio y salimos. Me detuve al ver el lugar, inhale el aire para acostumbrarme lo mas antes posible a el nuevo ahora, era tonto pero para mi cada lugar poseía un olor diferente incluso sensaciones y sentimientos. En este, no era fácil describir. Alrededor había unos pinos, mejor dicho un pequeño bosque de ellos. El aroma era agradable, era fresco, natural, diferente...
-Veras, mi madre te ha preparado un cuarto y le llevo toda la semana decidirse en los colores, cada detalle así que…finge que te gusta. –Dijo en tono chistoso y sonreí, Simone le miraba retadoramente chistoso, era agradable ver madre e hijo llevarse bien, y si le recordaba bien siempre tan unidos y ahora yo era de esa familia, mi nueva familia.
-Que te he escuchado muchachito.
-Venga mamá no te enfades, sabes que ha quedado hermoso como tu.
-Ya déjate de mimos y suban al carro niños que necesito hacer la cena.
-¿Niños? ¡Mamá tengo dieciocho años! Ya no soy un bebé. – ¿dieciocho?, claro me llevaba un años y meses. Subimos al coche y arranco… hubo un silencio total por acabado de unos minutos, hasta llegar a la mera ciudad donde no podía dejar de ver aquellos grandes edificios enormes y tan hermosos. -Isa..Isabela. –Escuche la voz de Tom un poco nerviosa cerca de mí. -hum, lo siento.
-¿Lo sientes? ¿Por qué? – pregunte mientras parpadee un poco intentando encontrar la razón.
-Por tus padres, y tú… tu hermana no se merecían lo que les paso. Y lo peor, no pude estar contigo cuando estabas sola en Berlín seguro muy asustada y triste. Falte a mis promesas.
Mis padres, mi hermana.
Promesas…
-¿Prom…
-¿Por qué te vas? No tienes que irte, no ahora.
-¿Crees que yo si quiero baboso? Estoy muy triste Snif.. te extrañare.
-Yo también te extrañare a ti y a tus rarezas..
-¿No les recuerdas?
-Prométeme que siempre estarás conmigo, que no me dejaras sola, Tom. –Lloriquee mientras me limpie las mejillas y el me sonrió.
-No pienso dejarte mocosa, no te preocupes.
-¡NO!, que me lo prometas.
-Esta bien, lo prometo. Nunca te dejare sola, siempre estaré contigo. –y me sujeto mi mano con ternura.
-¿Me protegerás? Siempre me querrás, ¿Verdad Tom? ¿Amigos para toda la vida?...prométeme.
-Y lo hice, te prometí que nunca te dejaría, que te protegería, te prometí todo antes de irte a Berlín con tus padres y tu hermana…no te cumplí. –Mire a Tom como recordar aquel día le causaba melancolía en su mirada y sonreí tomando su mano como aquella ultima ves.
-Hasta el momento, no me has fallado.
‘Bienvenidos a casa Simone’
Aquel letrero llamativo en el portón de la gran casa de Simone, siempre había sido un tipo alquiler, aunque ella no lo miraba así. A veces ella solía decir que toda persona que alquilaba una habitación ahí se convertía en su familia, su gran familia que a ella le gustaba tener.
-Estoy ansiosa que veas tu nueva habitación es una de las mas grandes de la casa.
-Gracias nuevamente Tía, si ustedes no estuvieran conmigo no se que hubiera pasado de mi. –Simone sonrió y me acaricio la mejilla con esa mirada cálida y protectora que siempre tuvo.
-Anda bajemos que los inquilinos/familia te esperan ansiosos.
-Ja, claro que mamá no ha dejado de hablar de ti y lo maravillosa que eres, y descuida no es necesario que les hables de ti, ellos ya lo saben toooodo. –Simone abrió la boca y solo un pellizco basto para que él callara y camináramos. La puerta se abrió y todos los que se encontraban en el interior miraron directo hacía mi, unos sonriendo y otros solo observando con precisión ¿Criticándome? ¿Conociéndome? ¿Inspeccionándome? Daba igual. Hubo un recibimiento normal, con personas normales, con preguntas normales.
-venga vente conmigo Isabela que tu habitación espero a por ti. –Tome mi maleta y caminamos por las escaleras principales mientras todos miraban con precisión mis actos, se miraban…personas buenas a las cuales aprendería a ver día a día. -Te encantara es toda. –Rojo, mire el interior mientras la puerta se abría, unas largas cortinas rojas colgando de las ventanas corredizas, colchas, mantas, alfombra, cuadros... Todo rojo cada detalle preciso.
-¿Y bien? No sabía exactamente que color te gustaba pero..
-Es perfecto. – le interrumpí y sonreí entrando para poder ver mas cerca la recamara. -Seguro te has puesto todos los días a trabajar en el. Te lo agradezco, es hermosa. –y acabe con un beso en su mejilla.
-Perfecto. –Suspiro satisfecha de su labor.- y te he dejado un regalo en tu buro, espero te guste ahora te dejare desempacar, descansar y relajarte. Yo bajare a la cocina que todos se morirán de hambre si no preparo la cena. Por cierto, bienvenida. – dijo antes de salir y cerré la puerta, caminando por mi nuevo espacio, mi nuevo hogar. Di un par de pasos y llegue hasta la gran cama y me acosté, mirando el techo, perdiéndome en su amplitud. y te he dejado un regalo en tu buro.
Me incorpore lentamente hasta encontrarme con el buro y sobre ella un cuadro y una nota. Las tome en mis manos y un sollozo profundizo mi garganta. Era una conmovedora escena. Era mi madre sonriente como siempre lo había hecho, llena de vida, energía, cariño, amor.. Mi padre, con esa mirada seria que lo caracterizaba, muchos al verle podrían asegurar que era un hombre malo, de esos que temes reclamarle o verle sin que este se altere y empiece a enloquecer de ira…pero la verdad era que el era el padre mas cariñoso y comprensivo del mundo y sin exagerar, mi viejo.
Y ella…
Mi hermana mayor por tres años, se llamaba Madeleine solía ser la rebelde de las dos, pero eso si ni mas ni menos querida que yo, claro solíamos pelear como hermanas normales…querernos y lo normal, aunque siempre fue un poco rara. Ahora les extrañaba como nunca, se habían ido a un lugar mejor, era todo lo que me decían, pero ¿Por que yo no me fui con ellos? Los cuatro estuvimos en el mismo accidente, en el mismo lugar con las mismas condiciones y solo yo había sobrevivido. Seguro así el destino lo quería, seguro así estaba dictada mi vida. Tres veces, tres fueron las veces que intente llegar a ellos a costa de quitarme la vida; caso en vano.
“¿Ves esas sonrisas? ¿Esos rostros? Ellos quieren que sigas, sigue tu destino.”
Tome aquella nota en mis manos y la coloque en mi pecho presionando con fuerza. Destino…
Aquel despiadado que los había arrebatado de mi vida. Pero no, esta vez no le iba a reclamar nada sino agradecer quizá que aun siguiera con vida.
Cerré los ojos de cansancio y me acosté sobre la cama, mi mano aun sostenía aquel cuadro y lo coloque sobre mi pecho, suspire hondo ignorando las lagrimas que se habían salido sin control de mis ojos, me sentía enferma ó quizá solo era el viaje que me había dado pesado. Mi garganta raspaba como algo me comiera por dentro de ella, necesidad desesperada de llorar.
Sueño…
Murmullos..
Sálvate…
Sueño…
Murmullos...
Ayúdame...
Sueño…
Recuerdos…
-¿Qué tanto miras? – pregunte mientras ella observaba fijamente tras el espejo del automóvil, no parecía parpadear, tampoco moverse ni por que le estuviese hablando casi a gritos, y mire atenta.
Solo arbustos, pinos y carretera. ¿Por qué le parecía tan encantador como para verle de esa manera? Tan… perdida. -Oye, no me ignores tontaza –Y no respondió, pase mis manos sobre sus ojos intentando ver alguna muestra de vida pero parecía no importarle, me cabreé. –Algo ocultas y lo sabré. – amenace.
-Shhh, cállate.
-¿Cállate? ¿Qué te pasa? No lo haré, ahora dime que te traes Madele..
-¿Ves? Ahí está… nos persiguen, me quiere.
-¿De que hablas? No seas tonta.. –Mire atenta mientras el automóvil aun mantenía su paso veloz, pero no había nadie…quizá algún animal ó algo parecido. -No me asustes, ¿Qué quieres decir?
-Ya no puedo más. –sollozo mientras una lagrima callo sobre su mejilla y me atemorice, algo no andaba bien. -Me duele, ya no quiero más. – y mostro su muñeca que ocultaba en su manga todo el tiempo, unas vendas blancas le cubrían se había cortado con un baso unas noches anteriores.
-Mira. –Indico y empezó a desvendar con ligereza, volteo a ver de reojo la parte frente del automóvil, mi madre iba durmiendo y mi padre más atento en el camino que en cualquier otra cosa y solo así decidió quitar la última vuelta del vendaje. -la verdad. – dijo atemorizada y me mostro, aquella herida con el baso roto había sido una mentira, esto era diferente y a simple vista no podía saber exactamente que era eso; Solo dos orificios en su muñeca, justamente encima de su vena principal, estaba roja muy roja incluso podía verse que eso era reciente.
-¿Qué mierda es esto?. –Me exasperé y tape su muñeca con el suéter que se encontraba cerca. Le mire con la mirada perdida en su muñeca y solo me detuve a observarle atenta. -¿Quién o que te ha hecho esto? – Robe su atención y solo sonrió con lagrimas en los ojos y me preocupe aun mas.
¿Cómo no me había dado cuenta antes?, algo había estado mal con ella…algo no estaba bien desde hace ya unos meses. El encerrarse en su habitación por días era una de las cosas que nunca le había puesto atención y ahora me arrepentía no haberle preguntado antes. -¿Qué pasa?.
-Oh no, no lo se…solo se que, le amo. Le amo
-¿A quien? ¿El te hizo esto? –Y volví a ver la piel de mi hermana, roja y punzante mientras mas se aceleraba su corazón. Trague saliva. - ¿Pero como te ha hecho esto? ¿¡Como!?...
-sus dientes, su mirada, sus dientes, sus palabras, sus dientes, su hermosa mirada me ama…–Solo parpadee sigilosamente algo confusa y lleve mi mano a mi cabeza. - vampiro…
-Vam..vamp. – y ahí pude ver tras el cristal, inmóvil , observándome sonriente..”Bye”
¡¡POM!! ¡¡POM!! ¡¡POM!!
Isabela…Isa..Isabela..
-Isabela, ¿Estas bien? –abrí los ojos rápidamente, mi cuerpo dolía como si una tonelada de piedras hubieran caído sobre de mi, respire hondo y mire con dificultad por aquellos rayos de sol que entraban por las ventanas, me queje y mire una silueta colocarse enfrente de mi. –Te has quedado dormida, ¡Hoy es tu primer día de clases en la universidad! Andando que yo te llevare.- Mire a Tom con odio y sin sentirlo nuevamente caí contra la almohada. -Isabela, estar empapada de sudor. –dijo Tom algo acelerado y me limpio la frente con una toalla. – Si no te sientes bien, podrás ir a la uní mañana no hay problema.
-Hum, No Tom, estoy bien. Es solo un mal sueño no te preocupes. Me levantare, tomare una ducha y ahora bajo para ir contigo. –Tom ascendió y se marcho de la habitación un poco preocupado… Las pesadillas del suceso de hace un año no me dejaban vivir en paz. No podía recordar mas después de ver a aquel hombre de ojos penetrantes, aquel que sonrió segundos instantes de que el coche se voltease y que todos murieran acepto yo. Las pesadillas eran igual, sin ningún cambio. Dolía…dolía mucho no saber que paso exactamente ese día.
- Wow, ¿Quieres inundar la universidad con la baba de todos los tarados que te vean? –Dijo Tom abriéndome la puerta del coche y me mentí sonrojada.
-Exagerado de lo peor. –Me reí y le salude con un beso en la mejilla.
-No te preocupes, si se propasan contigo mis puños los conocerán. –Sonreí y le mire fijamente vi claramente como relamió sus labios y miro al frente, al camino listo para partir. Mi amigo fiel.
-Entonces…¿estudias derecho? ¿No es algo muy aburrido?.
-¿Aburrido? Para nada, al contrario me gusta la idea de que muy pronto podre defender personas, quizá convertirme en una de las mejores abogadas del país.- suspire y tome aquel libro en mis manos con fuerza el mismo que mi padre me regalo cuando entrara a la facultad.
-Bueno si serás la mejor abogada del mundo, ahora ya tendré quien me saque de las rejas.
-Ni lo pienses.
-¿Dejarías desamparado a un pobre amigo enjaulado?
-Vale ya, yo se que no te dejaría así, nunca te dejaría lo sabes…
-Muy bien mocosa, mira mi facultad esta justo alado a la tuya solo nos separara uno piso así que si necesitas solo me das un toque y ahí estaré.
-Vale mamá gracias.
-Vale nada, y te quiero derechita a la puerta principal que ahí te estaré esperando y nada de irse con extraños. –Sonreí con la boca abierta él parecía hablar tan seriamente.
-Ja-Ja-Ja. –Reí irónicamente. –Mira Tomasito ¿quieres que te de esas tundas que solía darte?
-Broma broma…
-Bueno entonces, te daré un toque si algo pasa o si me pierdo por ahí… o si no llego adormir hoy ya sabes lo normal. –El asistió mientras baje del coche, gire a verle él acomodaba sus rastras y colocaba unos lentes por su gorra. -¿listo? Venga se me hace tarde así que luego nos vemos. –Suspire hondo al ver aquel edificio enorme que se encontraba en mi frente, mi nueva universidad.
Quizá encontraría nuevos amigos, quizá era momento de seguir adelante, tomar mi vida y poder continuar como antes…
Camine sin parar por el primer gran corredor, todos avanzaban apresurados, otros en sus grupos de prácticas y otros solo viendo. Mire aquel papelito que parecía peor que un trabalenguas en mis manos, decía tantos números y letras que no sabía ni en donde estaba parada. Mire las puertas que por igual no podía entenderle, en Berlín era más fácil solo saber que tu pertenecías al grupo 101 o el 120 daba igual ¿pero aquí?...
-¿Necesitas ayuda?. –Una voz femenina llego a mis espaldas y gire, una chica de grandes anteojos me miraba ansiosa y con una gran sonrisa de par en par. -Apuesto que eres nueva y no sabes ni donde están los sanitarios. –Baje los hombros mientras hice una mueca con la boca y le di el papel de mis clases.
-Pues, estas son mis clases no se donde están así que agradecería que me guiaras un poco por el lugar. –Sonreí y ella solo alzó su gafas para poder leer..esperen..¿Se las ha quitado? ¿No se supone que para eso se usan? Para ver…valla chica tan mas rara.
-Bueno pues estas de suerte, a mí me tocan las mismas clases en los mismos salones así que hoy no te perderás. – A salvo..o quizá no..
Aun lado, quítate idiota…¿No me has oído?
Voltee rápidamente al escuchar los quejidos de las personas a los empujones de todos en el pasillo y solo uno era el provocador de esos aventones, todos se corrieron a los lados topando bruscamente contras los casilleres. Y ahí apareció caminando a paso lento moviéndose como él dueño y señor de la universidad. Mire de abajo hacia arriba mientras seguía andando; Botas de cuero seguido por unos pantalones justados, a comparación de Tom estos eran tan estrechos que se le podían ver sus músculos en sus piernas, mas arriba una playera negra y una chamarra de cuero y sus cabellos largos y parados en puntas extrañas, no podía verle los ojos estos habían sido cubiertos por unos grandes gafas, pero podía imaginármelos, grandes y claros quizás de color o quizás oscuros como la noche misma. Su piel era blanca, muy blanca la cual sobresalía a la de los demás, parecía enfermo pero sin duda a él ese aspecto le sentaba muy bien. Y ¡pum! Todo regreso a la normalidad, el había pasado justamente a mi lado y solo volteo lentamente mientras alzaba un poco aquellas gafas negras que me impedían verle el rostro… sus ojos marrones y claros y delineados con pintura negra.. Un frio corrió mi piel mientras una picazón extraña llego a mi cuello, podía sentir el latir de mi corazón en mi cuello fuerte y constante al solo sentir su mirada sobre de mi…Trague saliva y él solo continuo su andar, empujando y haciendo su voluntad a su paso…
-¡Hey! Chica. –Dijo de repente a mi lado mi futura guía en la Uní, sacudí mi cabeza para poder quitar aquel transe que el me había provocado y sonreí al verle. -Disculpa es que aun no se como nombrarte.
-Perdona, me llamo Isabela mucho gusto. – y extendí la mano dispuesta a darle un gran apretón de manos.
-Bueno a mi me puedes llamar Key, y el gusto es mío.. –Ascendí mientras giraba a ver aquel pasillo donde el ya había desaparecido. -No es que me meta pero… el no es de esos chicos a los cuales quisieras conocer.. –alce la ceja y le mire.
-¿Por qué?
-Una simple razón.. es muy raro, claro quizá el mas guapo de la facultad de derecho. –Genial le vería seguido.- Pero eso no le quita lo raro y lo… abusivo. –Eso lo había notado. -y eso no es todo, sus ex novias siempre desaparecen, a ver Dios que es lo que les hace, yo llegue a la conclusión de que quizá las mata y las entierra en alguna fosa pero no, no le creo tan capaz de algo así.. pero eso no lo dejan de señalar como algo extraño.. ¿Sabes? Cuando logra ligar alguna chica guapetona y forman una tipo relación al paso de los meses ella se ausentan mucho, no se acercan a los demás incluso solo llegan a tener ojos para el. –Claro…era tan…perfecto. –y después, desaparecen se van a otra ciudad o incluso del país. Quizás las pilla tanto que quizá cuando se aburre las deja y ellas no soportan… todas hablan de él incluso le temen pero tarde o temprano caen rendidas. Ja claro eso no pasara conmigo nunca..
-¿Acaso lo ha intentado?
-Pues.. nop pero estaré preparada con mi collar anti Bill Kaulitz.-
-¿Bill Kaulitz?
-Así se llama, hasta el nombre lo tiene chulo. –y suspiro mientras se perdía entre sus palabras..de repente su vos desaparecía y que tonto pero solo su mirada permaneció presente..
Bill Kaulitz….

By: Yess
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